Recordemos que el aprendizaje es un proceso que realizamos cotidianamente y por ende es dinámico, por medio del cual se tiene la oportunidad de mejorar apartir de conocimientos previos, experiencias, inquietudes e intereses muy particulares que siúan al individuo en un ambiente que le “inducirá” a incorporar nuevos elementos a su esquema cognitivo.
Ahora bien el joven debe construir sus conocimientos, la movilización de saberes inicia cuando al alumno le nace la necesidad de resolver un nuevo problema, si le es interesante y relevante dicha cuestión, iniciará el proceso que le será significativo, porque le va a ser útil. La labor del docente en este contexto es la de facilitador del aprendizaje cuyas tareas son: situar los contenidos en un ambiente real significativo para cada uno de los alumnos, organizar estratégicamente los saberes y experiencias que inducirán a los estudiantes al logro de las competencias en un marco de valores, que son el motor del aprendizaje: la actitud positiva, la responsabilidad, la honestidad deben ser practicados para lograr las competencias deseadas. Esto implica una reestructuración de la labor docente ya que el proceso ya no está centrado en los contenidos sino en el alumno, ya que este debe finalmente; saber, saber hacer y saber ser.
En una educación basada en competencias, la evaluación debe ser contínua bajo un enfoque de valoración de los avances y fortalezas, asi como señalar las áreas de oportunidad que deberán ser observadas para lograr la competencia, en un ambiente real en donde el alumno pueda utilizar y movilizar sus saberes, para ello es necesario planear y aplicar correctamente los instrumentos de evaluación adecuados.
Las aportaciones de Xavier Vargas nos señala el aspecto conceptual de los contenidos que forman parte del currículo como una serie de objetivos, métodos, experiencias y procesos de valoración de un sistema que se establece para el desarrollo de competencias en los alumnos; señala la problematización como el punto inicial de un proceso de aprendizaje significativo acorde al entorno en que se desenvuelve el joven.
Por lo anteriormente señalado, el aprendizaje no es trivial, al contrario, es importante y estructurado por elementos que el individuo va incorporando a su esquema cognitivo como son los conocimientos, las habilidades, las destrezas, desarrollados en un marco de valores, que fortalecen los intereses por ser mejor dia a dia. Por todo esto, el aprendizaje no se puede medir con unas simples preguntas, requiere de una observación contínua de cómo el individuo se desenvuelve y actúa en un problema real, claro que para lograr un buen desempeño y producto, se tienen que movilizar conocimientos, habilidades, destrezas, fortalecidos por los valores que no pueden faltar en el proceso de aprendizaje.